Relato día 2 – San Francisco: Los SF Giants, la playa, el Golden Gate y los donuts de Nete!
07 de Julio – Aterrizamos en EEUU.
Tras 28 horas de viaje llegamos al aeropuerto donde nos recogen en una furgoneta que nos llevaría a nuestro nuevo hogar. Llegamos al punto de encuentro, donde todas las familias de acogidas esperaban a sus nuevos hijos.
Al llegar nos encontramos con que no éramos los únicos que íbamos a disfrutar de este programa por las américas, también hay italianos, franceses, alemanes y belgas.
Cada uno se va con su familia correspondiente. En ese momento no te importa nada, tras tantas horas lo único que quieres es reposar en su lecho, entrar en estado de letargo hasta que los primeros rayos de sol penetren nuestras pupilas.
Hoy nos toca turistear por San Francisco.
Llegamos todos al punto de encuentro, un mega centro comercial donde nos espera un autobús. Lo primero que nos llama la atención es que en la puerta, justo antes de subir las escaleras, han colocado una alfombrilla al más puro estilo felpudo en la puerta de una ciudad lluviosa. Lo segundo, y no por ello menos importante, que nos llama la atención es que uno de mis chavales ha venido con 36 donuts que le ha comprado su familia. El culpable de esta golosa hazaña ha sido Juan R, en adelante Nete (de donette).
Después de una hora y pico de viaje hemos llegado a San Francisco. La primera parada ha sido en el estadio de los SF Giants, el equipo de baseball de nuestra nueva ciudad. Luego hemos parado en infinidad de sitios y parques. Hemos parado en una zona de tiendas en la que hemos fijado un objetivo principal: una auténtica hamburguesería americana, una de esas en las que el queso cae a borbotones y el kétchup acaba manchando tu bonita camiseta blanca. Además, como nos han visto majetes nos han regalado un plato enorme de patatas fritas.
La Playa
También hemos estado en una playa, donde hemos podido ver de cerca el océano pacífico y sentir la fina arena entre los dedos de los pies. Pero lo más impresionante ha sido el gigante de hierro, la joya de la corona, el pasadizo rojo, sí, hablo del Golden Gate. Ahí hemos podido hacernos infinidad de fotos y cruzar a pie este histórico puente. Algunos decían que tenían una sensación rara porque cuando ven este puente en las pelis siempre acaba explotando o algo.
Momentos inolvidables
Las anécdotas se han ido sucediendo con gran asiduidad y es imposible plasmarlo en este pergamino electrónico. Están siendo unos días increíbles y notamos como los de otros países nos miran con una envidia sana porque pasamos las horas entre risa y risa.
Bueno, querido lector, me despido desde el autobús, donde Nete sigue intentando hacer que engullamos donuts porque por alguna extraña razón le da vergüenza volver con dos cajas de bollos todavía sin deglutir.
Saludos y buenas noches.